miércoles, 28 de abril de 2010

Un cómic narra el trance de superar un cáncer de mama


El libro aborda la mastectomía desde una óptica lesbiana y feminista

• Isabel Franc firma ‘Alicia en un mundo real’, basado en su propia experiencia

GEMMA TRAMULLAS
BARCELONA
La mayoría de mujeres que aparecen en Alicia en un mundo real (Norma Editorial) no pertenece al tipo de bandera, sino que refleja la variedad que se ve cada día en la calle; las escenas de sexo no responden al tópico del hombre sujetando a la mujer por la espalda, de manera que a ella no se le vea ni la cara, sino que muestran dos cuerpos enlazados, y las escenas de desnudo femenino no tienen todas intención erótica. Aun sin responder a los tópicos del género, Alicia en un mundo real sigue siendo un cómic, una ficción autobiográfica en la que la escritora Isabel Franc narra con humor la experiencia de pasar por un cáncer de mama y por la extirpación de un pecho.
La dibujante Susana Martín ha dado forma gráfica al personaje de Alicia, una periodista lesbiana con una agenda apabullante. A través de ella, Franc describe el momento del diagnóstico, las pruebas, la extirpación del pecho y las dudas sobre cómo reconstruir su imagen. A lo largo de las 140 páginas del cómic, el único personaje masculino con un papel relevante es Farinelli, el gato que comparte piso con Alicia.
«Es que yo vivo en un mundo de mujeres –explica Franc–. Podíamos haber contado la historia a través del montaje familiar típico de una mujer casada y con hijos, de manera que más gente pudiera sentirse identificada con el tema, pero queríamos mostrar que, cuando pasa algo, no es siempre la familia la que responde, sino que también puede responder la red de amigas, la tribu, porque nosotras somos muy tribales».
Isabel Franc (Barcelona, 1955) es una escritora feminista y lesbiana activista conocida sobre todo por la trilogía que protagoniza su alter ego, Lola Van Guardia. Alicia en un mundo real es su primera incursión en el género de la historieta. Desde su perspectiva, Franc rompe tópicos no solo sobre la enfermedad sino sobre las mujeres y su dependencia de una estética que varia según la época y las culturas. «La moda la deciden tíos, por lo general, maricones y misóginos», afirma el personaje de Berta (la ex de Alicia), una figura que hace saltar la corrección política por los aires.

MASTECTOMÍA ILUSTRADA / «Estoy muy contenta de mi decisión de renunciar a la reconstrucción del pecho y hacerme un tatuaje sobre la cicatriz –asegura Franc–. Yo toda la vida he hecho top less. ¿Qué pasa? ¿Que ahora para seguir haciéndolo tengo que ponerme un pecho y pasar por otra operación? El tatuaje es un discurso. Nos cuesta mucho mirar un cuerpo diferente y con el tatuaje estás invitando a la gente a mirar y la reacción es siempre positiva. Cuando me miran, dicen: ‘¡Qué chulo el tatuaje!’. En lugar de fijarse en lo que no tienes, se fijan en lo que tienes».
El humor es una constante en la obra de esta escritora, que incluso se atreve a enfrentarse con sorna a la muerte. «En un momento Alicia insiste en suicidarse con seconal, como Alejandra Pizarnik [la poeta argentina) y sus amigas no le hacen ni caso –cuenta la autora–. Esta enfermedad encierra una paradoja y es que empiezas a estar enferma y a sentirte mal cuando empiezan a curarte. Es muy difícil encajar los efectos de la quimioterapia y hay un momento en que piensas: ‘Antes de que me mate esto, me mato yo’».

SIN TETA Y EN EL PARAÍSO / Pero Alicia no se mata y el cómic concluye con la protagonista tumbada en una playa de Cancún (en top less, por supuesto) y, debajo, la leyenda: «Ahí la tienes, sin una teta y en el paraíso». Franc no llegó a ver la serie de televisión a la que ella misma alude (Sin tetas no hay paraíso), pero no le hace falta: «Solo por el título ya es ofensivo, es una vergüenza», dice. Consciente de que la palabra «igualdad» ha convertido la palabra «feminismo» casi en una ofensa, la escritora aclara que lo suyo es ni más ni menos que «una forma de entender el mundo».

viernes, 16 de abril de 2010

Obama ordena respetar los derechos de las parejas homosexuales en los hospitales

• El presidente norteamericano exige que se permitan libremente las visitas y que los gais tengan poderes legales en las decisiones médicas que afecten a sus compañeros sentimentales

AGENCIAS
WASHINGTON
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha ordenado al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HSS) que ponga fin a la discriminación que sufren los pacientes homosexuales en las visitas de sus parejas a los hospitales, ha informado el diario The Washington Post citando fuentes del Gobierno norteamericano.

Obama firmó el jueves por la noche un memorando que exige a los hospitales estadounidenses que permitan que los homosexuales hospitalizados reciban la visita de sus compañeros sentimentales y que éstos puedan tener poderes legales en las decisiones médicas que afecten a los enfermos.

El documento legal firmado por Obama será anunciado públicamente hoy, han indicado las mismas fuentes, que han añadido que la nueva norma afectará a todos los hospitales que reciban fondos de Medicare o Medicaid, los programas de seguro médico del Gobierno para personas mayores, discapacitadas y de menores ingresos.

Memorando

En el memorando, que ha sido enviado a la secretaria de HSS, Kathleen Sebelius, Obama dice que busca asegurarse legalmente de que los hospitales "respetan los derechos de los pacientes a elegir sus visitantes". El presidente señala la necesidad de que los centros médicos no discriminen a sus pacientes en base a su orientación sexual o a su identidad de género.

"Cada día, en toda América, muchos pacientes ven denegada la amabilidad y los cuidados de las personas a las que aman", indica en el texto Obama, que señala la importancia de tener a los seres queridos al lado cuando se sufre una emergencia médica o se pasan largas temporadas de ingreso en un hospital.

Debate sobre los matrimonios

Con esta decisión, Obama trata de poner fin a una práctica comúnmente utilizada por muchos hospitales estadounidenses, que insisten en que solo los familiares biológicos o matrimoniales de los enfermos deben tener permiso para acceder a las visitas y decidir sobre sus tratamientos. El Post ha apuntado que la medida sumergirá a Obama directamente en el debate sobre la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Asociaciones y activistas que luchan por los derechos de los homosexuales llevan años denunciando el dolor emocional asociado a no poder visitar a la pareja en momentos de grave enfermedad. Por el contrario, los detractores del matrimonio entre personas del mismo sexo se oponen frontalmente a esta medida y a la posibilidad de que las parejas de los homosexuales obtengan derechos legales sobre los pacientes.