lunes, 4 de agosto de 2008
Historias ni rosas ni azules
NUEVO FENÓMENO LITERARIO EN ESCANDINAVIA
# • Surgen en Suecia dos editoriales de literatura infantil que destruyen los estereotipos sexuales
# • Sus responsables pretenden ofrecer a los niños "modelos más amplios"
AFP / NINA LARSEN
ESTOCOLMO
Dos nuevas editoriales de literatura infantil, Vilda y Olika, han surgido recientemente en Suecia con el objetivo de infundir a los niños valores liberales relativos a la sociedad, y en concreto al sexo, la raza y la orientación sexual. "Queremos que todas las personas, sea cuál sea su sexo, sexualidad o procedencia étnica, tengan la libertad de crear su identidad propia y sean respetadas por sus cualidades personales", explica Karin Salmson, cofundadora de Vilda. "Muchos padres se sienten obligados a cambiar el él por el ella y viceversa cuando leen historias a sus hijos, porque la tradición pesa en multitud de detalles", afirma.
Vilda introdujo el sello mimo, una garantía de que estos libros respetan valores como la democracia, la igualdad y la diversidad. Además, estas obras intentan destruir las referencias estereotipadas a "los papeles tradicionales de los sexos y los prejuicios que comprometen la libertad individual". La editorial se ha cuidado, por ejemplo, de que las niñas no se vistan siempre de rosa y los niños de azul, y de que el padre no sea siempre el que está desbordado por el trabajo y la madre la que está en casa preparando la cena. Los padres homosexuales también son presentados como una pareja ordinaria. La cofundadora de Olika, Marie Tomicic, destaca que la idea es "romper con los papeles tradicionales y ofrecer a los niños modelos más amplios".
Ambos editores han publicado hasta ahora una decena de obras, entre ellas, un libro que trata de un chico con sandalias rosas y la historia de una chica con dos padres a quien le gusta hacer ruidos de pedo con las axilas velludas.
Las críticas
La filosofía de los editores no sorprende en Suecia, un país muy avanzado en materia de igualdad entre sexos y de respeto de los derechos de las minorías. Sin embargo, sus métodos han indignado en algunos círculos, que les acusan de propaganda. "Para Vilda y Olika, sus valores son la prioridad principal (...) Es un enfoque erróneo cuando queremos escribir buenas historias infantiles", estima Lotta Olson, crítica literaria en el diario sueco Dagens Nyheter. "Si la finalidad de una historia es promover una idea y alterar el comportamiento de los niños, el lado artístico y literario del libro padecerá --dice--. En cuanto percibimos la segunda intención de la obra, es un fracaso a nivel artístico".
Tomicic y Salmson rechazan las criticas, que según ellas emanan de la élite cultural, mientras que las obras han sido bien recibidas por los padres. "Tenemos a buenos autores, buenos ilustradores e, insistimos, una buena historia. Eso es lo más importante", recalca Tomicic.
Uno de los ilustradores de Olika, Per Gustavsson, criticó públicamente la demanda del editor de cambiar el color rosa de la camiseta de la niña en un libro. También ha sido cuestionado el interés de representar a los padres como homosexuales, cuando ese no es el enfoque principal de la historia.
"Intentamos romper un modelo", replica Tomicic. Según ella, es importante enseñar a los niños que hay numerosas alternativas a las referencias tradicionales.
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