EL PERIÓDICO
ESTOCOLMO
Gracias a la ley que se aprobó hace un mes, los homosexuales suecos pueden desde ayer unirse en matrimonio. Muchos comenzaron a hacerlo en el día de la entrada en vigor de la norma, pero solo lo llevaron a cabo por lo civil. Tendrán que esperar varios meses si quieren celebrar una ceremonia religiosa, pues la Iglesia luterana, que hasta el 2000 tuvo carácter estatal y a la que pertenecen el 70% de los suecos, ha aplazado su respuesta oficial hasta el próximo otoño. Los obispos se encuentran divididos en esta materia.
Las posturas entre las diócesis van desde la aceptación sin problemas del matrimonio homosexual en los templos hasta la petición de una discusión teológica sobre el asunto, pasando por las que piden que debería haber dos ceremonias distintas: una para las uniones gais y otra para las heterosexuales. "La nueva normativa implica un cambio en los ritos matrimoniales, y hemos de tener la oportunidad de opinar sobre esto --declaró a la agencia Afp el secretario general en funciones de la Iglesia luterana de Suecia, Anders Lindberg--. Esta ley refleja cierta visión del matrimonio, así que la liturgia necesita ser alterada para reflejar ese cambio".
LOS MATICES A
diferencia del caso español, donde la jerarquía católica salió a la calle para protestar contra este tipo de uniones, en Suecia las discusiones eclesiales obedecen más a cuestiones de matices que de fondo. No en vano, la Iglesia luterana del país nórdico fue una de las primeras en aceptar, en el año 2005, un ritual especial de bendición para los homosexuales registrados como parejas de hecho. Incluso varios líderes eclesiásticos se manifestaron pú-
blicamente hace un par de años a favor de las ceremonias matrimoniales en sus templos.
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