miércoles, 23 de julio de 2008

Lesbos pierde la batalla para quedarse con la palabra 'lesbiana'


• Un tribunal rechaza la petición de tres isleños de que el término solo se use como gentilicio

EL PERIÓDICO
ATENAS

Las lesbianas que acuden a Lesbos en busca de sol, playa y el acantilado desde el que se lanzó al abismo Safo --la poeta suicida que en el siglo VI antes de Cristo cantó en sus versos al amor entre mujeres-- podrán seguir llamándose "lesbianas" en público sin miedo a que las otras lesbianas, las nacidas en la pequeña isla griega del mar Egeo, desenfunden una sentencia y les digan que no pueden hacerlo. Un tribunal de Atenas desestimó ayer la denuncia en la que el lesbiano Dimitris Lambrou, editor de la conservadora revista Davlos, su hermana y otra mujer pedían que el término solo fuera utilizado por los helenos como gentilicio, ya que la confusión con el otro sentido ofen-
día a los habitantes del lugar.
"Lesbiana y lesbiano no son elementos que definen a la persona", han dicho los magistrados. Así que todo continuará como siempre. Es decir, como desde finales del XIX, cuando el término de la discordia comenzó a emplearse como sinónimo de homosexualidad femenina.

UN IMÁN TURÍSTICO
Para la mayor parte de los nacidos en Lesbos, incluido el alcalde, la segunda acepción de la palabra no conlleva ningún agravio, e incluso supone una ventaja, pues la isla se ha convertido para algunas lesbianas en lo que vendría a ser Torremolinos para el turismo juvenil --un destino en el que festejar junto a almas gemelas--, pero Lambrou y sus dos compañeras dicen que no pueden seguir viviendo con "la confusión". Aseguran que se sienten "insultados". Que el uso del término para referirse a las relaciones eróticas entre mujeres les "deshonra en todo el mundo". Que los isleños sufren una "violación moral y psicológica" al ser confundidos con las otras lesbianas.
Si todo esto tiene un intenso olor a homofobia es porque, según la otra parte en este conflicto, la Unión Griega de Homosexuales y Lesbianas, los denunciantes son "unos ho-
mófobos". Durante la audiencia de la causa, celebrada a comienzos del pasado junio, el ingeniero Iohannis Ahlotas, presidente de la comunidad helena de Montreal, fue llamado a declarar. Ahlotas, nacido en Lesbos pero emigrado a Canadá, explicó que su hija, ante la "confusión de vocablos", le preguntaba a veces si él era homosexual. "¿Qué edad tiene su hija?", inquirió la jueza. "26 años", contestó el ingeniero. Los que estuvieron en la sala cuentan que hubo muchas risas.

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